martes, 20 de diciembre de 2011

Liberad a Morgan


Recogido de: http://www.ecologistasenaccion.org/article21988.html

Tras más de un año de rehabilitación la orca salvaje fue internada nuevamente en un parque acuático en contra de la opinión de científicos e informes que avalaban su libertad. Ecologistas en Acción exige que su custodia se conceda a una comisión de expertos independientes.

La joven orca Morgan es una hembra de unos 2-3 años que se encontró nadando sola, deshidratada y muy delgada, en junio 2010 en las costas del mar de Wadden, en Holanda. El animal fue rescatado y mantenido hasta finales del noviembre de 2011 en el delfinario Harderwijk para su recuperación. De acuerdo con los estudios de ADN y acústicos que se le practicaron se sabe que pertenece a la población noruega de orcas piscívoras, integrada por unos 600 individuos. También se sabe que las posibilidades de supervivencia de Morgan en su medio natural pasan por que la orca se reintegre en su grupo familiar, algo que en noviembre de 2010 no se consideró factible por la dificultad que entrañaría localizar a su familia y reintroducirla en el lugar.

De acuerdo con un estudio publicado el pasado 23 de septiembre por Heike Vester y Filipa I. P. Samarra que comparó las vocalizaciones de Morgan con el catálogo de vocalizaciones de los distintos grupos familiares de la población noruega (las vocalizaciones son exclusivas de cada familia), se consiguió determinar su grupo familiar (el grupo P) o, en el peor de los casos, uno muy próximo. A partir de este momento las posibilidades de reintroducción de Morgan en su familia se disparan.

Tras conocer la nueva información aportada por Vester y Samarra, cuatro prestigiosos expertos a nivel internacional apuestan decididamente por su liberación, a pesar de que un año antes no confiaban en esta posibilidad. John Ford, Christophe Guinet, Christina Lockyer y Fernando Ugarte además confían en el éxito de un plan de reintroducción durante el verano, cuando los grupos familiares de la población noruega se acercan a la costa, y las condiciones meteorológicas y elevadas horas de luz a esa latitud son favorables para los trabajos de reintroducción.

Sin embargo, a pesar de las presiones de los grupos ecologistas y de expertos, el Secretario de agricultura holandés anunció el 2 de octubre que Morgan debía ser transferida al orcario Loro Parque en Tenerife. La decisión fue avalada por un juzgado de Ámsterdam que desestimó las apelaciones interpuestas, por ello Morgan llegó al orcario el pasado 29 de noviembre. El Loro Parque engrosa así su lista de orcas cautivas, pero esta vez con un animal que nació libre, por lo que la defensa de su actividad bajo la justificación de que todas las orcas habían nacido en cautividad queda ya desmontada.

Desde el tribunal que otorga la custodia de Morgan al Loro Parque se hace constar que la reintroducción de la orca en su hábitat natural no garantizaría su supervivencia, pues una orca solitaria moriría de inanición. Esta sentencia no ha sido avalada por expertos, pasando por alto las conclusiones de los recientes estudios científicos: una vez más, prevalece el comercio a la conservación de especies amenazadas.

Gracias a la resolución del Tribunal, la industria de exhibición de mamíferos marinos en cautividad se ve beneficiada al hacerse con los servicios de la orca, una hembra juvenil nacida en libertad que además aportaría riqueza genética al grupo cautivo. Por ello, Ecologistas en Acción cuestiona una decisión tomada, al margen de los criterios conservacionistas y del bienestar del animal. El colectivo recuerda que la especie Orcinus orca está potencialmente amenazada según el Convenio Internacional para el Comercio de Especies Amenazadas (CITES), y según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), una de las principales amenazas a las que se enfrenta la especie es la captura con fines de exhibición.

Numerosos estudios científicos demuestran que la cautividad de los mamíferos marinos les provoca estrés y agresividad al privarles de sus necesidades fisiológicas, conductuales y ambientales, reduciendo así drásticamente sus expectativas de vida y provocándoles multitudes de problemas inmunitarios, siendo por ello más propensos a enfermedades oportunistas. Además, debido al estrés, los cetáceos en cautividad pueden resultar peligrosos por entrar en conflicto constante entre sus instintos naturales y las condiciones de vida impuesta por el cautiverio.

De acuerdo con la situación actual, Morgan está condenada a engrosar la larga lista de cetáceos forzados a realizar pautas de comportamientos antinaturales rítmicos y sometidos a la tortura de la ensordecedora música a cambio de alimento (no olvidemos que los cetáceos son animales acústicos). Con Morgan, el número de cetáceos cautivos en España se eleva a 98, aunque la cifra es fluctuante debido al alto número de muertes y reposiciones de estos animales.

Ecologistas en Acción recuerda que España posee el triste récord de ser el país de la Unión Europea con mayor número de delfinarios y de cetáceos cautivos con fines puramente comerciales y muestra su rechazo al mantenimiento de mamíferos en cautividad, ya que únicamente responden a intereses comerciales.

Desde el colectivo se exige que una comisión de expertos independientes planee la reintroducción de Morgan en el medio natural en la máxima brevedad.