lunes, 5 de diciembre de 2011

Carta Abierta a Albert Boadella

Reproduzco aqui la carta de Maria Cardiel, a Albert Boadella a propósito de la publicación en su blog de una entrada en la que tacha a los votantes de PACMA (Partido Antitaurino Contra el Maltrato Animal) de "gilipollas", en una frase en la que concretamente dice: "La segunda realidad es que bajo las siglas PACMA se demuestra que en España hay 101.557 gilipollas..."

Aqui dejo la carta de Maria Cardiel y la dirección de su blog.

Buenos días Sr. Boadella.

Le escribo directamente a esta dirección de correo electrónico porque los comentarios en su último post están cerrados. Y porque no me gusta participar en ninguna discusión en la que una palabra sea dicha de forma más rotunda de lo que debiera. Ignoro si lee usted estos correos, espero que así sea, y si no espero que la persona encargada de su recepción se lo haga llegar porque, franca y sinceramente, me gustaría que conociera mi opinión sobre todo esto.



Soy una “amante” de los animales. No me los como, no me visto con ellos. No asisto a espectáculos en los que aparezcan. Detesto las corridas de toros, detesto las granjas de cría de cerdos, las centrales lecheras, las instalaciones de cría de patos para la obtención de foie, los delfinarios y los circos con animales. Los detesto por el sufrimiento que creo que destilan, y porque creo que son completamente irrespetuosos con el medio ambiente. Son insostenibles económica y medioambientalmente. Es mi opinión. Seguramente rebatible, como todo. Me considero una persona muy empática con las emociones ajenas, sean éstas humanas o no lo sean.

Detesto, a su vez, que la prohibición de las corridas de toros en Cataluña haya sido como ha sido. No creo que los partidos que han aprobado esta prohibición se hayan movido por compasión ni por empatía hacia los toros de lidia, muy al contrario, creo que les resbalan totalmente estos sentimientos. Si por eso hubiera sido, habrían ido más allá en lo que a defensa del mundo animal se refiere. Creo que ha sido prohibido, única y exclusivamente, porque era la “Fiesta Nacional” Eso es lo único que les importaba.

Voté a PACMA. Sí, y estoy contenta de haberlo hecho. No les voté porque crea que nos van a sacar de ésta (francamente, no confío en que ningún partido político de los existentes actualmente pueda hacer gran cosa por mí, un ama de casa que pelea cada día por sacar adelante a su familia con los ridículos ingresos de su marido y los escasos ingresos que mi trabajo como autónoma me proporcionan últimamente) No creo que puedan hacer gran cosa, en general, por nadie. Pero sí creo que si algún día algún partido que propugna el respeto por los animales llega a tener representación parlamentaria, habría muchas cosas que mejorarán. Podrá terminarse con el exterminio de, por ejemplo, cerca de 60.000 galgos al año (soy especialmente sensible con este tema, acojo galgos de forma temporal para su recuperación y veo los estragos que causan en ellos algunas personas). Podrá terminarse con el sacrificio de decenas de miles de animales abandonados por sus dueños cada año de forma irresponsable. Podrá trabajarse en el bienestar de tantos otros animales salvajes que viven en cautividad en zoos y circos y que son ya irrecuperables para vivir en libertad. Podrá trabajarse para eliminar también la crueldad en muchas granjas de cría de pollos, terneros, cerdos o patos. No sé, podrán hacerse muchas cosas que harán que este país sea un poquito mejor en lo que a este tema se refiere. Quizás para usted no sea importante, pero para mí sí lo es. Y espero que también lo sea para mis hijos y para los hijos de mis hijos y así conseguir que dentro de unos años esto sea un poquito mejor.

Además de todo esto, detesto los insultos. Detesto que a usted le hayan vilipendiado, amenazado, insultado, y todo lo que le han dicho. Creo que con ese aluvión de tonterías no han hecho sino darle la razón en lo que dijo. Me siento profundamente triste por todo esto, y le envío desde aquí todo mi apoyo y solidaridad. Creo que la empatía y cariño por los animales debería de hacernos aún más sensibles con lo que sienten las personas. Parece que en algunos es todo lo contrario. En fin, imagino que alguna vez evolucionaremos también hacia una sociedad más respetuosa también entre nosotros. Si no, mal iremos por mucho que hayamos conseguido en cuanto a bienestar animal se refiere.

En fin, Sr. Boadella, ya me he extendido bastante. Sólo quiero hacerle una pregunta: ¿cree usted, de veras, con el corazón en la mano, que soy gilipollas?

Muchas gracias por su atención. Reciba un fuerte abrazo y todo mi apoyo.

María C.